martes, febrero 14, 2006

Refrescando la memoria.



A las 8:00 horas de un día como hoy, el Capitán José Manuel Borgoña, vestido con su uniforme de gala y sin otra arma que su espada al cinto, desembarcó en una de las playas de Antofagasta - en el lugar donde hoy está el Club de Yates de esa ciudad - y, acompañado de un reducido piquete de soldados y de Don Nicolás Zenteno, Cónsul chileno que lo esperaba en la orilla, se dirigió hasta la Prefectura de Policía para hacer entrega de una carta redactada por el Coronel Emilio Sotomayor Baeza en la cual notificaba a las autoridades locales la decisión del Gobierno de Chile de considerar roto el Tratado de 1874 debido al incumplimiento de este por parte del Gobierno de Bolivia.

Una vez cumplido su cometido, que no tardó más de media hora, el Capitán Borgoña se embarcó en el bote que lo condujo a tierra y se dirigió al "Almirante Cochrane"; inmediatamente después comenzó el desembarque de los 800 soldados chilenos que ocuparían la ciudad, dando inicio con este acto a la Guerra del Pacífico, cuyo desenlace ya todos conocemos y cuyos efectos han persistido hasta nuestros días.

Hoy, a 127 años de dicho acontecimiento, puede parecer extemporáneo este recordatorio, pero en la práctica están absolutamente vigente tanto su recuerdo como las causas que dieron origen a tan desafortunado episodio, en especial porque en el último tiempo ha aparecido en nuestro país un grupo no menor de buenazos, embaucados por la versión boliviana de los hechos y clamando por devolverle a ese pueblo parte de un litoral que, históricamente, nunca tuvo y, en ese sentido, es bueno poner las cosas en claro y no hacer gárgaras con la historia.

Para no gravar innecesariamente la conmemoración de hoy, en los próximos días, y en sendos post, analizaremos brevemente los siguientes aspectos:

1) Principio de Utis possidetis juris, en el cual convinieron las nacientes repúblicas sudamericanas al terminar las Guerras de Independencia y que fijó sus límites territoriales;

2) Bolivia, un país inventado que siempre vivió de espaldas al mar;

3) Tratado del 10 de agosto de 1866, por el cual Chile renuncia a parte de su territorio norte y se establece el límite fronterizo en el paralelo 24, que quedaba entre Paposo, por el Sur, y Antofagasta, por el Norte, y además se decidió que las riquezas existentes entre el paralelo 23 y 25 serían compartidas en mitades;

4) Tratado de 1.874, en el cual Chile y Bolivia ratifican los límites territoriales y esta última se compromete, por el término de 25 años, a que "las personas, industrias y capitales chilenos" situados en la zona renunciada por Chile (al norte del paralelo 24) no quedarían "sujetos a más contribuciones, de cualquiera clase que sean, que a las que al presente existen";

5) Tratado de Amistad con Bolivia del 20 de octubre 1904 y ratificaciones canjeadas el 10 de marzo de 1905;

6) La política peruana por entorpecer cualquier solución a las demandas bolivianas;

7) El supuesto "armamentismo" chileno.

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