Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

Felipe Harboe Bascuñan, el iluminado pero contumaz ciego que desempeña el cargo de Subsecretario del Interior ¿seguirá pensando que lo de la delincuencia es un invento de los medios después del asalto de anoche a menos de dos cuadras de La Moneda?

Pregunto esto porque los asaltantes hicieron lo que quisieron en las mismas narices de un enorme contingente de Carabineros - mayor que el que hay en muchas comunas del Gran Santiago - dedicado a mirar las palomas, los perros vagos y apalear a los descontentos que se acercan a Palacio, pero no a velar por la seguridad de los ciudadanos que les pagan los sueldos, a ellos, a sus jefes y a los funcionarios de Gobierno que se esconden en las oficinas y en las alturas del Poder.

Por esto y porque hasta ahora nadie ha dicho nada - como en el poema de Becker - y porque quizás el Chapulín Colorado pudiera darnos una mano ya que, aunque no es muy eficiente, al menos tiene buenas intenciones, lo que no es poca cosa frente a la desidia e incompetencia de los encargados de la seguridad pública.