domingo, junio 05, 2011

A escribir más, llaman.

A escribir más

en la personal,

me dicen,

que lo poco,

aunque sea tupido y sea parejo,

va a ser poco

aquí

y en la quebrada del ají.

¿Será por eso que mandaron

cortado a Cortázar

mientras escribía Rayuela?

¿Por ponerle mucho a la novela

y poco a la Aurora Bernárdez,

(poco le puso también a

Ugné Karvelis,

parece,

porque le dio también

su correspondiente

P

L

R

al perla

¡miren que darle

por escribir novelas,

no más!)

En todo caso,

p'tas que me gustó

la película Blow Up,

con Terence Hill

y la Vanessa Redgrave

(más la Vanesa que

la película

y más la moneda

entre los dedos,

que el Terence),

aunque años después,

cuando mi amigo Chago

me enseñó a leer a Cortázar

(a Julio,

no al Ministro),

supe que el guión

se basaba en un cuento

del argentino

que se llamaba

"Las babas del diablo".

Pero no nos vayamos

por las ramas

y volvamos al

llamado

de los sures,

más mejor.

(P'ta, me quedé pegado

con Cortázar

¿quién diablos eran

Chorroarín,

Tinogasta,

Leandro N. Alem,

Zamudio y

Nogoyá?

¿Seudónimos del flaco, crees?

¡¡Noooooooo!!

son callecitas

de Buenos Aires,

como en el tango

de Piazzola)

Bueno, ¿en qué estábamos?

¡Ah, sí!, ¿poco, las dos líneas?

¿poco, parecen, todavía?

¿poco parece

la larga hilera

de dos líneas,

que si las juntáramos

irían y vendrían

un par de veces

a la Luna lunera,

cascabelera?

En todo caso,

declaro que

esas dos líneas mías,

miserables y esmirriadas,

son como las gotas de lluvia,

en que cada una por su lado

son nada y menos que nada,

pero juntas

¡¡p'tas que mojan!!

Declaro también

que esas dos líneas mías

son como las caricias

de la madre:

hostigosas y aburridas

porque se reciben todos

los días

pero dulces y añoradas

cuando no están

(ni la madre ni las caricias)

Declaro asimismo

que esas dos líneas

pesan mucho más

que las portadas

de Atina Chile

y Gran Valparaíso,

aunque se vean

más livianas

que una pluma.

Por último,

declaro que

quod scriptum, scriptum

es más un lugar

que una frase

y ¿sabías que Julio

escribió

"Los astronautas de la

cosmopista"

a cuatro manos

con Carol Dunlop,

que fue la única

que no lo mandó

a la punta del cerro?

A todo esto,

declaro que

esas páginas

me parecen

las más hermosas

entre todos

los libros

de Cortázar

¡¡¡Escribir a cuatro manos!!!

por ahí va la cosa,

parece,mariposa.

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