Ya, chiquillos........¡¡a cambiar la historia!!

Definitivamente - y como era de esperar, dadas las cantinflescas verónicas que venía dando el Gobierno con el claro propósito de ganar tiempo, sin ninguna intención de resolver nada - fracasó la reunión de los estudiante secundarios con las autoridades del Ministerio de Educación - con la ausencia del Ministro Zilic - en la cual iban a exigir, de una buena vez, la solución a sus problemas y a los de toda la educación en Chile, dando una lección a los sectores de nuestro país de cómo es posible instalar los temas y resolver lo pendiente.

Debemos recordar que el tema de la educación en Chile no es un asunto nuevo; ya en el Programa de Gobierno de Don Patricio Aylwin Azócar se establecía que era necesario introducir profundas reformas y modificaciones a un sistema que resultaba excluyente y altamente discriminatorio, pero el conformismo - o derechamente la pusilanimidad - de los políticos concertacionistas dejaron por largos dieciséis años las cosas prácticamente iguales, introduciendo sólo cada cierto tiempo vistosos maquillajes que - como la Jornada de Educación Completa - han resultado un verdadero fiasco.

La actual Presidente dijo en más de una ocasión durante su campaña que, en su Gobierno, se realizaría la más grande revolución educacional en Chile, pero en el Mensaje del 21 mayo pasado sólo dedicó a este tema unos pasajes para referirse a los encapuchados y al acceso a la educación parvularia de los sectores más postergados.

Del resto ¡¡nada!!

Mientras el Ministro se paseaba por comunas alejadas de la Capital del Reino - en una evidente actitud de ?quitarle el popó a la jeringa? - en menos de una semana desde el Mensaje Presidencial no sólo se puso en evidencia la fuerza del movimiento estudiantil, sino también su decisión inquebrantable de no aceptar más diálogos dilatorios y sí resultados concretos, poniendo, de paso, en entredicho la maliciosa y siniestra Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza (L.O.C.E.), asunto acerca del que, como dije, los pusilánimes políticos concertacionistas no se han referido ni han tocado durante todos los años de Gobierno del conglomerado.

Hoy, todo el mundo se sube al carro, moros y cristianos, Concertación y Oposición, en un casi surrealista cuadro de extenso consenso político y social acerca de este sensible y fundamental tema.

Por eso, gracias a estos jóvenes estudiantes, al fin habrá una oportunidad de cambiar la historia - una parte al menos - de nuestro país, porque a contar de hoy las cosas no volverán a ser iguales - pese a este fracaso deliberado que organizó el Ministerio de Educación, subestimando una vez más a los jóvenes - porque mañana se viene la más grande movilización estudiantil en 34 años y ahí veremos cómo se las arregla el Gobierno.

Por eso, adelante, muchachos, ¡¡a cambiar la historia!!