viernes, octubre 27, 2006

¡¡A prohibir la enseñanza de la Ley de Gravedad en los Colegios!!

Ciertamente nuestras autoridades hacen diariamente denodados y creativos esfuerzos para entretener y sorprender a la ciudadanía.

Hace algunos meses el Alcalde de Valparaíso, Aldo Cornejo González, anunció, con bombos, platillos y payasos, que entablaría una querella en contra de Nacional Geographic por emitir un documental en el cual simulaba un terremoto en el puerto. Sin duda, con el propósito de evitar una carcajada de carácter internacional y de impedir que los gringos piensen que estamos gobernados por cretinos, se abstuvo de hacerlo, porque nada se ha sabido al respecto.

El gesto de Cornejo González me recordó a la abuelita de un amigo que pensaba que las luchas de Catch As Catch Can (ahora se llaman diferente, creo) emitidas por televisión eran en serio.

¿Se imaginan ustedes al Alcalde de New York demandando a la MGM, a Columbia Pictures y a otras empresas de cine porque realizan filmen en donde caen meteoros, hay inundaciones y caen nevazones monumentales sobre al gran urbe? Con seguridad después los neoyorquinos no lo elegirían ni para llevar papeles de una oficina a otra.

Pero estamos en Chile y ahora las autoridades del Ministerio de Transporte negaron la autorización para que el auto de Fórmula 1 de la Escudería Red Bull corriese por una de las autopistas de la capital del reino porque ello sería una mala señal frente a las campañas de prevención de dicho Organismo.

Primero que todo cabe preguntarse de cuales campañas se habla, porque el Ministerio de marras hace años que no realiza una y este año incluso disminuyó el presupuesto destinado para tales efectos, señal que tienen más confianza en la providencia y en la fortuna que en la enseñanza y en la sensibilización de los conductores.

Pero no nos vayamos por las ramas, porque la decisión de las autoridades de Transporte - que entre paréntesis todavía no son capaces de implementar el cacareado Transantiago - se enmarca dentro de la misma actitud del Alcalde Cornejo, o sea, en pensar que porque no se habla de los problemas ellos no existen.

El auto que se pretendía mostrar - y que ahora deberá conformarse con rodar a 100 kms/hr. - es un vehículo de la más alta tecnología y conducido por un piloto profesional, no por un adolescente de vuelta de un carrete. Y si verlo correr puede ser una mala señal, ¿por qué entonces nuestras autoridades no le ponen coto de una vez por todas a las carreras clandestinas en donde, además de velocidad, hay alcohol y drogas?

Por tanto, y como una manera de colaborar en la formación de nuestros jóvenes y de evitar la ocurrencia de indeseados hechos, propongo que el Ministerio de Educación prohiba la enseñanza de la Ley de Gravedad en los Colegio, porque así se evitará que los aviones se caigan y los deprimidos se lancen desde los edificios.

O sea, el pan como una flor, y a estas alturas cabe preguntarse: ¿qué hicimos tan mal para merecer esto?

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