miércoles, enero 03, 2007

El Estado de Chile hace vista gorda ante la gran evasión tributaria mientras revienta a profesionales y a pequeños y medianos empresarios.

Cada cierto tiempo se renueva la polémica acerca de los impuestos en nuestro país: si ellos son suficientes para realizar todas las políticas sociales del Gobierno; si son justos en relación con los ingresos disímiles entre los diferentes estratos laborales; si su aplicación se ajusta a lo que la ley exige, etcétera.

Sin embargo, cualquiera sea la opinión que cada uno tenga acerca de ellos, es un hecho que el Estado de Chile hace la vista gorda frente a la evasión tributaria millonaria de parte de las transnacionales o grandes empresas y de parte de todo el comercio informal o pirata que opera en nuestro país, mientras que, paralelamente, exprime al trabajador independiente, al pequeño y mediano empresario, que - haciendo el papel del tonto del curso - se ajusta y somete a todos los dictámenes de la autoridad.

Hace unos cuatro meses atrás publiqué un
post en donde hacía referencia a ello a raíz de una campaña solidaria que se había puesto en marcha. En esa ocasión mencioné que el Estado de Chile condonó casi US$ 26 millones por concepto de intereses adeudados sobre la multa a los ex-ejecutivos de Enersis, que permitió una reducción de US$ 270 millones a favor de Exxon por la venta de la mina Disputada de Las Condes y que el año 2.000 condonó deudas tributarias a Lan Chile, al Grupo Matte, al Grupo Vial, al Grupo Luksic y a otras grandes empresas y conglomerados por un valor de casi US$ 298 millones.

Y preguntaba: si les condona deudas tributarias a las transnacionales y a los grandes grupos económicos, ¿por qué no hace lo mismo con las miles de pequeñas y medianas empresas que están ahogadas por misma causa y que, en total, no adeudan ni la cuarta parte de aquellos?

A lo anterior se agrega la evasión tributaria de millones de dólares por concepto de ventas informales en la calle y del comercio pirata de discos compactos musicales, DVD’s, programas de computación y juegos, sin que haya NINGUNA acción seria, decidida y concertada para ponerle coto a este flagelo, mientras podemos ver como, con total desparpajo, los transgresores se toman calles y veredas para realizar sus ventas ilegales a vista y paciencia de la autoridad y a escasos metros del mismísimo Palacio de La Moneda.

Como contrapartida, el Estado de Chile persigue a los pequeños deudores tributarios - conformados por los mismos profesionales y pequeños y medianos empresarios que ya mencioné - embargando sus propiedades y rematándolas a precio vil para resarcirse de lo adeudado, que es sólo una porción de la gran evasión tributaria que tolera y permite.

Así las cosas, parece que el mejor camino es dejar de ser el tonto del curso y dedicarse a realizar alguna actividad al margen del sistema, sin tener domicilio conocido y sin formalizar ninguno de los engorrosos trámites que nos convierta en gente decente y en buenos ciudadanos..............total, ya sabemos a quien se protege y a quien se tolera.


Nota: este post fue publicado en el diario electrónico Gran Valparaíso

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