jueves, febrero 22, 2007

Transantiago ¿incompetencia del Gobierno o boicot de los carteles del transporte?

Una de las principales objeciones - si no LA principal - que algunos micreros hicieron al proyecto Transantiago era el sistema de cobro. Abiertamente declararon que - pese a los reiterados robos de que eran víctima - no les gustaba el mecanismo electrónico que eliminaría los boletos y que terminaría con la circulación de dinero en efectivo.

Con una miríada de destartaladas micros amarillas - pertenecientes a unos tres mil dueños - dispersas por todo Santiago y sin ningún tipo de control, cada una cortaba miles de boletos por día, con cuyo producto cada propietario llegaba todos los días al banco a depositar el dinero proveniente de aquellos supuestos pasajeros.

Como es de suponer, los depósitos eran principalmente en billetes de un mil pesos y monedas de 500, 100, 50 y 10, con un promedio anual de alrededor de $ 125.000.000 por micro. Si pensamos que eran unas ocho mil de esas micros las que recorrían Santiago cada día, y que cada una arrojaba ese mismo promedio, tenemos que la suma de depósitos alcanzaría al año a casi un billón de pesos, todos depositados en sencillo.

¿Quién certificaba cuántos boletos eran efectivamente cortados y que el dinero obtenido era efectivamente depositado? Nadie, con toda seguridad, puesto que hasta hoy ni siquiera hay total claridad sobre el número de micros que había en Santiago.

Esta misma situación, aunque en otra magnitud, se verifica en el transporte terrestre por medio de camiones y uno ahora entiende el porqué micreros y camioneros boicotearon, hasta hacerlo caer, al Gobierno de la Unidad Popular cuando este quiso ejercer control sobre sus ingresos y tributaciones.

Sin desconocer los problemas que un cambio tan radical en el sistema de transporte debe necesariamente presentar en su puesta en marcha, hemos podido enterarnos por medio de la prensa que la ausencia de buses ha sido persistente en las jornadas previas, llevando al Gobierno a ejercer un solemne acto de simulación de cobro de las boletas de garantía del AFT y de los operadores para remediar en parte el problema. De simulación, porque no está claro que dichos documentos, por los montos involucrados y por el tipo de contrato suscrito, sean cobrables.

Como sea, aún no están todos los buses que debieran en la calle y más de un jefe de los antiguos carteles del transporte público ha ingresado al nuevo sistema, aunque no está claro si lo hace ha tenido una conversión o porque piensa que la mejor manera de demoler un sistema es desde adentro.

La cosa no es tan sencilla y la tarea para el Gobierno no es tan fácil.

Después de todo, es mucho, muchísimo el dinero que está en juego y los jefes de los carteles no van a dejar que la jugosa presa se les vaya de las manos así como así, no más.

Por cierto, no van a hacer caer al Gobierno, como hace 33 años, pero crearán el descontento suficiente, como entonces, y no es que sea paranoico, pero en una de esas...............

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