La violencia en el Día Internacional de la Mujer.
Era pasada la medianoche y Doris Sandoval dormía tranquilamente. Solo en la cocina de la casa de ambos, ubicada en Santa Teresa Nº 9491, en Pudahuel, Héctor René Sepúlveda Leal, mascullaba su ira y en su mente rondaba la sospecha siniestra de que su mujer le estaba siendo infiel.
Cegado, el sujeto buscó un alicate, el cual expuso al fuego de la cocina hasta que quedó al rojo. Tras comprobar que el metal alcanzaba una elevada temperatura, y sintiendo la necesidad de castigar a su pareja, se dirigió hasta la habitación donde ella dormía, la destapó, le abrió sus piernas e intentó clavarle el alicate en el centro de sus genitales, ayudado por la somnolencia de la mujer.
Ahogada por el dolor, Doris lanzó un fuerte alarido, despertó de golpe e intentó defenderse, tras lo cual el cobarde agresor huyó a la casa de su madre, para protegerse bajo sus polleras. Allí fue buscado y detenido por Carabineros, que encontró la herramienta enfriándose en un lavaplatos.
La mujer fue derivada al Hospital San Juan de Dios, con quemaduras de primer y segundo grado en la cara interna del muslo izquierdo. El parte médico señaló que "tanto la vagina como el cuello uterino de la joven se encuentran sanos", es decir, no presentaba lesiones ni quemaduras en los genitales, pero esto es un asunto casi accesorio, porque, para abreviar el cuento, el tipo fue llevado ante el Tribunal y dejado en libertad provisional.
¿Y Doris? Asistió a la audiencia y, al enterarse de que su agresor quedaba libre, saltó de alegría y se colgó del cuello de Sepúlveda Leal para expresarle su contento. Al ver esta surrealista y absurda imagen en la televisión, me pregunté ¿qué pasa por la cabeza de las mujeres?; bueno, ya ¿de "algunas" mujeres? y............ ¿de algunos hombres, también? porque el problema de la agresión no es sólo en el sentido hombre -> mujer, sino también, y más frecuentemente de lo que pensamos, mujer -> hombre; o sea, hay agresores varones y hay agresores mujeres, por tanto, hay víctimas mujeres y las hay hombres, pero la pregunta es la misma para ambos: ¿por qué aceptan y toleran las agresiones, justificando siempre al agresor? ¿Amándolo perdidamente, incluso?
No soy psicólogo y por cierto uno o una podrá dar una mejor respuesta a estas preguntas, pero a mi parecer hay en ambos una enfermiza identidad que los lleva a relacionarse por medio y a través de la violencia, creando una fuerte dependencia en los lazos de pareja, y les es imposible sustraerse de verdad a este círculo vicioso, verdaderamente vicioso. Incluso creo que en esto hay un fuerte componente - en ambos - de desviación sexual.
Hay por cierto algunas y algunos que logran escapar, pero son los menos, el resto repite una y otra vez el ciclo violento.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, para quienes nos desenvolvemos dentro del ámbito de pareja, no exento, por supuesto, de disputas que a menudo son hasta aburridas, los extremos a los que son capaces de llegar sujetos como Héctor René Sepúlveda Leal y otros - que son capaces incluso de matar -, nos parecen casi inalcanzables, aunque sean triste y terriblemente reales.
2 Comentarios:
Guillermo espero haber contestado tú pregunta ojala podamos seguir en contacto. Un abrazo
http://nuestrasconversaciones.blogia.com
Estoy hace días por felicitarte, ya que es la fotografía más expresiva y relativa al tema que he visto en años.
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